La gran utilidad de una persiana para controlar el nivel de luz en una habitación viene acompañado con la necesidad de mantenimiento, y es que estas persianas aparte de recoger la luz también suelen recoger todo tipo de partículas en el aire y llenarse de polvo.
Existen formas muy sencillas y rápidas de atender una persiana y serán mencionadas a continuación, esto para quienes buscan mantener impecables tus espacios.
La limpieza de las persianas
La limpieza de las persianas venecianas más superficial que puede hacerse a una persiana es a sus lamas con cualquier utensilio atrapapolvo, pero en algunos casos las persianas son colocadas en lugares en donde la mugre, grasa y suciedad logra asentarse y requerir de limpieza más especializada, y ante ese caso se necesitará de:
- Cepillo para limpiar persianas: Un simple cepillo que cuenta con celdas suaves y frondosas que pueden limpiar entre las lamas con facilidad.
- Plumero: Ante la limpieza diaria un plumero será más que suficiente para mantener las cortinas libres de suciedad.
- Guantes de tela: De lana o algodón, unos guantes permitirán limpiar la persiana tan solo pasando la mano con algo de fuerza para remover el polvo asentado.
- Aspirador: Una solución alternativa al plumero o el cepillo para persianas, aunque no logra remover el polvo asentado.
Aunque las persianas están pensadas para que puedan usarse sin cesar durante mucho tiempo y el polvo no afecte su mecanismo, la limpieza diaria podría no ser necesaria, aunque sí una frecuente para evitar que la suciedad se aferre a las superficies de las lamas.
Para la limpieza frecuente basta cualquier método de limpieza superficial como el plumero o el cepillo. Mientras que ante la limpieza esporádica será necesario el uso del guante de tela junto a limpiadores especializados que no afecten al material.
Aunque existan persianas metálicas, la limpieza frecuente será necesaria para asegurar que el lugar mantenga su limpieza por más tiempo, tan solo con las persianas de madera es que podría hacerse una excepción en cuanto al utensilio y material de limpieza a usar.
La limpieza profunda
Basta un atomizador con algo de agua y jabón muy suave para rociar las lamas de la persiana y limpiarla utilizando un cepillo o guante que pueda recoger la suciedad de las superficies. El resultado será una persiana como nueva y libre de polvo.
Es importante que una vez removida la suciedad con el jabón se haga uso de un paño seco para eliminar la humedad, ya que en algunos tipos de persianas (como las metálicas) el residuo de jabón puede dejar marcas sobre las lamas.
Finalmente, si se trata de suciedad muy adherida a las superficies de las lamas entonces bastará desmontarla persiana y dejarla remojando en agua con jabón durante el tiempo que se crea necesario y después repetir cualquiera de los procesos anteriormente descritos.
En el mercado es posible encontrar algunos líquidos para limpiar persianas que puedan ser diluidos en agua y facilitar cualquier tarea de limpieza si se remoja la persiana a conveniencia.
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